Considerada una de las escena míticas de la historia del cine. El coronel Dax se dirige al lugar desde donde dirigirá el ataque a la Colina de las Hormigas. La escena, de profunda tensión y solemnidad, refleja con absoluta veracidad los dramáticos instantes previos a un ataque desde las trincheras. Kubrick, con genial maestría, intercala primeros planos de Dax -con un gesto de profundo vigor- con un recorrido por la trinchera donde a banda y banda de los parapetos se refugian los soldados que van a saltar de la trinchera. El miedo, el sentido de lo absurdo, lo humano se entremezclan en las caras de los soldados franceses. Impresionante.
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