12 ene 2011

La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (II)


Los primeros estadios de la guerra del Yser
El traslado del IVº ejército alemán por vía férrea finalizó el 13 de octubre. El 17, y tras largas marchas, alcanzaron el sector de Bruges-Thielt, al este de Courtrai. El IIIº de reserva alemán se movía en dirección este desde el eje del avance alemán, mientras su flanco mantenía el avance a lo largo de la costa, y flanco izquierdo estava a tocar de Roulers, lo que ocultó el avance del grueso del recién creado IVº ejército. Con objeto de equilibrar el avance, se ordenó una corrección este-oeste en dirección al mar del Norte. El 15 los alemanes ya habían tomado Ostende. Al día siguiente, 16 de octubre, la vanguardia alemana ‘contactó’ con la caballería belga y con los puestos avanzados que tenían los belgas al este del Yser. Después de dos días de combates y refriegas, los alemanes obligaron a los belgas a retirarse hasta la orilla este del Yser. 
El 18 de octubre, los combates ya revistieron una mayor dureza. Los belgas, divisiones 1ª, 2ª y 4ª, que defendían la línea de frente desde la línea costa hasta Diksmuide (Dixmude) intentaron contener los embistes de las vanguardias del IIIr cuerpo de alemán, que tenía órdenes de tomar como fuese la población de Veurne (Furnes), unas millas al interior de la línea defensiva belga. Los alemanes consiguieron llegar a las posiciones de la orilla izquierda del Yser, aproximadamente hasta la línea de frente Lombardsijde-Mannekensvere-Schore-Keiem. La línea aguantó hasta la caída de la noche, pero horas después los alemanes capturaban la zona interior de la línea, Schore y Keiem. Keiem fue recuperada esa misma madrugada. Los ataques se retomaron a la mañana siguiente: tropas del XXIIº de reserva alemán se desplazaron al sur de la línea, en ayuda del IIIº de reserva, y se enfrentaron a contingentes franceses y belgas en el sector de Diksmuide. Keiem y Beerts cayeron a primera hora en manos alemanas, pero esta última fue recuperada al mediodía por la 5ª división belga y tropas de los ‘fusiliers marins’ franceses que se vieron, sin embargo, obligadas a recular a posiciones más arreseradas ante la fuerza del ataque enemigo, el XXIIIº cuerpo alemán. En este flanco de la línea, todas las tropas aliadas, excepto los ‘defensores’ de Diksmuide, se retiraron a la orilla oeste del Yser. 
El 20 continuaron los enfrentamientos en toda la línea, aunque con especial dureza en el sector de Diksmuide, donde tropas de los cuerpos XXIIº y XXIIIº fueron rechazados con grandes pérdidas por la guarnición de ‘fusiliers marins’ franceses que se habían hecho cargo de la defensa de Diksmuide. Al norte del sector, en Lombardsijde, unidades del IIIº cuerpo reforzadas con tropas de la 4º división Ersatz atacaron con dureza, pero sin resultados concretos. El IVº ejército alemán estaba completamente desplegado a lo largo del Yser. La 4ª Ersatz division frente a Nieuwpoort, el IIIr cuerpo de reserva en Keiem, el XXIIº de reserva en el sector de Beerst y el XXIIIª al este y sudeste de la posición de Diksmuide. En total siete divisiones con una potencia de fuego de 700 piezas de artillería frente a cinco divisiones belgas con prácticamente la mitad de artillería, 300 cañones. 
El 21 de octubre, y después de un potente bombardeo nocturno, tropas alemanes avanzaron a lo largo de toda la línea. Belgas y franceses lograron, sin embargo, contener el ataque a fuerza de graves pérdidas. No obstante, esa misma noche unidades del IIIr cuerpo alemán lograron cruzar el Yser al norte de Tervaete, gracias en parte al fuego de cobertura de su artillería que se había aproximado – hábilmente - a la zona de combate, junto con compañías de ametralladoras que sostuvieron el franqueo del río. La 1a división belga lanzó un infructuoso contraataque que permitió a los alemanes no sólo defender las posiciones recién adquiridas sino capturar el 23 de octubre la población de Tervaete, más al sur. Para contener el avance alemán se dispuso de la 3a división belga, en reserva, pero apenas logró ningún éxito defensivo. La 42ª división francesa, que había logrado un exitoso contraataque al este de Nieuwpoort ese mismo día, fue trasladada al sector de Tervaete por el Alto mando belga con el fin de atacar sin cuartel el flanco izquierdo de las unidades alemanas que habían cruzado el Yser para lograr un posible repliegue. La contraofensiva francesa, respaldada por fuerzas belgas de la 4ª división, aunque no logró la retirada alemana a la orilla este del Yser, consiguió pequeños avances. Los combates eran de una gran violencia, y el 24 de octubre al atardecer ambos bandos rebajaron el nivel de intensidad. El cansancio era generalizado. La 4. Ersazt division en Nieuwpoort y las unidades del XXIIº de reserva alemán no habían conseguido ningún avance significativo. Especialmente cruenta fue la lucha por Diksmuide, que los franceses defendieron de una forma cuasi épica, rechazando 15 ataques alemanes solo el 24 de octubre. 
Durante los duros combates por Diksmuide, la artillería alemana había reducido la población a cascotes. El ejército belga también había sufrido sobremanera. En varios días de combate había perdido una cuarta parte de sus tropas y la artillería había quedado reducida a la mitad, con apenas reservas para 160-170 proyectiles por pieza. La situación era francamente desperada, lo que llevó al Alto mando belga a tomar medidas extraordinarias, sobretodo ante la dudosa perspectiva de poder sostener el nivel de combates mantenidos hasta el momento. 
El 25 de octubre se tomó la decisión, atribuida –según la leyenda- al general Foch, de abrir las esclusas del Yser con el objeto de anegar e inundar el sector al este del ferrocarril de la línea Nieuwpoort-Diksmuide y provocar la retirada de los puestos avanzados alemanes. El territorio adyancente al rio Yser, así como la zona que mediaba entre la población de Diksmuide y la costa belga formaba un espesa ‘tela de araña’ de canales, esclusas y terraplenes que hacían del terreno una verdadera pesadilla para cualquier ejército que quisiese avanzar de forma ordenada rápida. Los terrenos de esta zona eran ‘polders’, es decir tierras bajas ganadas a expensas del mar. El nivel de los canales estaba regulado a través de esclusas y bombas que garantizaban el correcto funcionamiento del sistema, que se controlaba esencialmente desde Niuewpoort, donde se encontraban el Yser con el mar. El sector, pues, suponía un verdadero obstáculo para el ejército alemán que ansiaba ocupar definitivamente todo el territorio belga y poner en jaque a las fuerzas aliadas con la conquista y captura del territorio costero francobelga que hubiese amenazado la participación británica en el conflicto. En este sentido, la última y más determinante medida para contener cualquier avance era anegar la zona para convertirla en una inmensa marisma. 
La tarde del 25 de octubre de 1914 se abrieron las esclusas y comenzó a inundarse el terreno entre Diksmuide y el mar. La línea de frente aliada, francobelga, se retiró a las posiciones elevadas de la línea férrea que corría por detrás, con explícitas e imperantes órdenes de sostener la línea como fuese hasta que todo el territorio estuviese inundado.

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