17 sept 2008

Aces high de Alan Clark


Clark, Alan. Aces high : the war in the air over the Western front 1914-18. Glasgow : Fontana/Colins, 1974.

Floja síntesis sobre la historia de la aviación en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial. El autor, Alan Clark, hace un somero recorrido sobre el nacimiento y evolución de la aviación durante este conflicto, desde sus tímidos inicios como elemento auxiliar en tareas de reconocimiento y observación del enemigo pasando por el progresivo perfeccionamiento tecnológico de los aviones hasta llegar a convertir esta nueva arma en un elemento, si no primordial en este conflicto, sí en el que tuvo lugar veinte años después. El autor logra acercar al lector a un mundo que estuvo dominado por hombres valientes y con coraje que se aventuraron a surcar los aires con artefactos muchas veces rudimentarios y sin apenas consistencia. Es precisamente esta idea de pioneros del aire la que consigue transmitir perfectamente Clark en su obra. Sin embargo, su mayor logro es el de encumbrar a la categoría de héroes a esos hombres que sin apego al mundo terrenal hicieron del aire su campo de sueños hasta que la cruda realidad de la guerra los bajó otra vez a la terrenalidad de la muerte. No obstante, y como ya introducía en la descripción de la obra, el autor se deja alguno de los aspectos más notorios de la guerra aérea en el tintero. Cierto que es una obra de síntesis, pero...
Antes del análisis crítico, no querría dejar de destacar que esta breve reseña se basa en la edición de 1974, y es posible que las posteriores reediciones hayan subsanado alguno de los vacíos que me parecen sorprendentes, como por ejemplo algo más que una alusión a uno de los ases más importantes de la Gran Guerra, Manfred von Richtofen. Curiosamente he llegado hasta el final del libro sin que se detallen ni su misteriosa muerte, ni su técnica, ni su perícia. Pero no sólo ocurre con el Barón Rojo, tampoco hay alusión alguna a otro de los pilotos que hizo historia durante la guerra, Eddie Rickenbacker. Clark analiza, por contra, a otros aviadores que por alguna razón destacaron durante la Gran Guerra como por ejemplo Boelcke, Nungesser, Fonck, Hawker, etc. Guynemer y Ball tienen dos apartados específicos, es por ello que extraña que no haga lo mismo con otros pilotos igualmente notorios. Lo mismo ocurre con las formaciones, centra una parte de un capítulo a la historia de l'Escadrille Lafayette, pero apenas entra a explicar la curiosa formación aérea alemana que fue llamada "the Flying Circus". En el mismo sentido Clark cita en numerosas ocasiones el llamado "abril sangriento" de 1917 pero tampoco detalla con una somera explicación en que consistió. Esta podría una de las críticas a la obra de Clark, anticipa pero no resuelve. Pero no todo son apuntes negativos.
Un punto a favor es que el autor no avasalla excesivamente ni con datos técnicos ni con argot específico, no hay que olvidar que la obra se dirige a profanos de las alturas. Eso sí, el lector no muy acostumbrado a leer en inglés puede que tenga alguna dificultad añadida con los terminos específicos del mundo de la aviación. Queda claro que el destinatario de la obra o es un aficionado a la Gran Guerra o lo es a las primeras épocas de la historia de la aviación.
Dos cuestiones más. Una de carácter formal y otra conceptual. La cuestión formal tiene que ver con las ilustraciones, aunque considero que habrá sido subsanada con las posteriores ediciones. Más que el blanco y negro de las fotografías -natural, tratándose de la época en que se tomaron- lo que es cuestionable es la calidad de algunas. La mayoría de ellas son tomadas en tierra, no hay ninguna imagen que muestre algun combate aéreo. Eso sí aparecen algunos diagramas que ilustran algunas de las maniobras clásicas utilizadas por los pilotos. Ya a un nivel más personal todavía, me sorprendió y me incomodó más el formato del libro. Éste tiene unas dimensiones que lo alejan del formato de libro de lectura, es decir, formato en 8º o en 4º. El libro tiene unas dimensiones que no lo hacen especialmente cómodo para su lectura. Repito es una cuestión muy personal, pero a fin de cuentas reseñable. Observando la edición más actual constato que este problema ya ha sido solucionado.
En el aspecto conceptual, se encuentra a faltar un elemento primordial en cualquier obra que se preste a ser punto de partida sobre una disciplina, y es la bibliografía. No hay un capítulo de bibliografía, ni tan sólo una nota a pie de página que proporcione al lector una referencia que le permite profundizar en alguno de los temas o cuestiones planteadas. Cierto que la obra es de divulgación, pero quizás sea éste el detalle que separa una obra de divulgación de calidad de otra que simplemente es de divulgación. En este punto puede que el fallo sea más mío que del autor ya que las expectativas acumuladas por otras críticas no han sido superadas por la realidad. Aún así y en descargo de esta implacable reseña cabe destacar un mérito en Aces high: ha logrado despertar mi interés sobre el mundo de la aviación durante la Primera Guerra Mundial y lo mejor: ha alentado muy búsqueda por una obra más especializada y completa.
Aces high es más un contacto que una obra definitiva, no es pues imprescindible.

14 sept 2008

Fortunino Matania, del pathos a la propaganda de guerra


La obra del pintor y dibujante Fortunino Matania ha sido examinada por numerosos críticos y estudiosos del arte. El leif motiv en la mayoría de los estudios ha sido el análisis de su técnica estilística y la adaptación de su arte al mundo y al formato periodístico. Pero fuera del universo estrictamente académico, una de las razones o quizás el único motivo para examinar y estudiar su obra es el enorme impacto que tuvo en los millones de lectores que contemplaron sus dibujos en algunas de las revistas gráficas más importantes de la época, entre ellas The Sphere, la Esfera (publicación gemela en castellano), el Illustrated London News, etc. Ya en su tiempo se le consideró un artista de guerra por aclamación popular, sobretodo por su acusado sentido de la realidad. Sin embargo su fiel reflejo de la guerra aportaba algo más, un plus con el que no contaron los demás ilustradores de guerra. Pero quien era, quien fue Fortunino Matania? Fortunino Matania (1881-1963) fue un dibujante e ilustrador de origen italiano. De vocación precoz, su principal e único maestro fue su propio padre, Eduardo, que le enseñó las principales técnicas, siendo el estudio de su padre su única escuela de dibujo y pintura. La creencia popular le adjudica su primer trabajo a los 9 años cuando colaboró con su padre en la elaboración de un anuncio de jabones. En 1892 expuso algunos de sus trabajos en la Academia napolitana. Aunque su primer trabajo de ilustración constrastado se situa en 1895, cuando con 14 años realiza, juntamente con su padre unos dibujos para un libro de temática histórica. A partir de ese año 1895 y hasta 1902 formó parte de la publicación milanesa Illustrazione italiana, en la que publicaba semanalmente sus ilustraciones y dibujos. Su trabajo comenzaba a traspasar fronteras y en 1902, la publicación Illustration Française lo llamó para entrar a formar parte de su equipo. Esta misma publicación le encarga cubrir en Londres la coronación de Edward II para la revista británica The Graphic. Una vez allí decidió establecerse, pero al cabo de tres años en Inglaterra tuvo que volver a su país para realizar el servicio de militar. Una vez finalizado, y de vuelta a las Islas Británicas, la publicación The Sphere decide contratarlo. Sus trabajos le van proporcionando admiradores, uno de ellos el rey George V, que decide contar con sus servicios como dibujante e ilustrador para su visita por la India en 1911. 1914. Estalla la guerra. The Sphere le encarga que cubra el conflicto casi de forma exclusiva. Matania no decepciona. Publica semanalmente, sus dibujos aparecen muy a menudo en la portada de la publicación, o ocupan doble página en el cuerpo central de la revista. Su fama se acrecenta de forma exponencial ya que millones de personas se van formando una imagen de la guerra y de lo que allí acontecía gracias a las ilustraciones de Matania. El realismo con el que detallaba los principales acontecimientos o episodios de la guerra le valieron un meritorio lugar entre los dibujantes de la época. Pero no sólo publicó en The Sphere, sus ilustraciones fueron vendidas al Illustrated London News y a l’Illustration. Incluso publicaciones alemanas editaron sus trabajos, entre ellas Das Buch für alle. 1918. Después de la Gran Guerra, colaboró durante casi veinte años para la publicación Britannia and Eve, de 1929 a 1948. Trabajó asiduamente para proyectos publicitarios y editoriales en los que sus dibujos de temas bíblicos y de la Antigüedad clásica alcanzaron gran renombre. Su fama llegó a oídos del cineasta Cecil B. DeMille. Éste lo contrató para que realizara algunas de las ilustraciones de los paisajes que acabaron apareciendo en alguna de sus películas, como por ejemplo Los Diez Mandamientos de 1959. Entre otros proyectos de Fortunino Matania figuran su trabajo para la publicación Look and Learn o algunos dibujos publicitarios para Burberry.
Matania pasará, sin embargo, a la posteridad por sus trabajos para la revista The Sphere y su cobertura ilustrada de la Gran Guerra. La obra Dejando su vertiente biográfica, el principal mérito de Matania reside en trasladar la crudeza y la miseria de la guerra, pero también transmitir una imagen humana y cercana de aquellos que están en el frente al público general. Éste verá la guerra a través de las ilustraciones de los dibujantes, y en este caso, el extremo realismo de Matania es uno de los intermediarios más autorizados, ya que a parte de su papel como ilustrador para una de la publicaciones más prestigiadas de la Gran Bretaña, el Ministerio de propaganda británico lo contrata para que realice periódicamente visitas al frente occidental e informe a través de sus ilustraciones. Incluso algunos de los regimientos del ejército británico le encomendarán algunos trabajos. Fortunino Matania recibirá la consideración de artista de guerra en toda la acepción de la palabra ya que visitó numerosas veces el frente, lo que le permitió observar de primera mano la situación vivida por los soldados y sobretodo charlar con ellos, lo que le permitiría tener una visión más completa del drama que allí se vivía. El estoicismo clásico o pathos al servicio de la patria Ninguno de los ingredientes que fue recogiendo se quedó en el tintero, los acabaría plasmando de alguna manera en sus dibujos: la agonía, la tensión, la crueldad, e incluso lo humano de la guerra. Y he aquí lo que distingue a Matania de los demás artistas de la Gran Guerra: la descripción estoica del sufrimiento, de la alegría, de la felicidad, del recogimiento, del dolor, de la pena, de la angustia, de todo sentimiento humano. Un análisis detallado de los gestos faciales y corporales de los personajes de sus ilustraciones permite comprobar al espectador esa idea de placidez y serenidad de raiz clásica. En casi la práctica totalidad de sus dibujos de guerra aparecen personajes que expresan perfectamente esa idea de tranquilidad atemporal, de pathos inalterable. Quizás sea esta personificación de lo inalterable lo que desentone en algunas de las escenas representadas, o quizás sea esta gestualidad la que le otorga a los dibujos de Matania este espíritu casi místico. Un examen más detallado de alguna de sus ilustraciones permite captar mejor este halo de estoicismo.

La famosa retirada de los cuatro días de Mons o de cómo los heridos ayudaron a los heridos entre Le Cateau y Landrecies. The Sphere, 1916.



El dramatismo, la épica, el valor, la camaradería y el coraje son los ingredientes con los que Matania describe perfectamente al público inglés la batalla de Le Cateau, que permanecerá como uno de los episodios más honrosos de la historia militar británica, muy a pesar de los resultados reales. La composición del cuadro muestra a un pequeño grupo de soldados británicos y escoceses, algunos de ellos gravemente heridos, que se retiran de forma trágica debido al empuje alemán. Pero fijémonos en las caras y gestos de algunos de los soldados. El soldado con el brazo en cabestrillo expresa en su gesto una entereza fuera de lo normal, sostiene la mano del compañero ciego de una forma casi divina y mantiene una determinación fuera de lo humano. Su paso difiere del de los demás personajes del cuadro, el suyo no es ni apresurado ni forzado, es firme, se mantiene inalterable a pesar de tratarse de una retirada en la que cunde el pánico. El pathos de la escena se combina perfectamente con una enorme y profusión de detalles. El soldado que está apoyado en la pared de enfrente del espectador se asemeja más al San Andreas de Pierre Monot que está en la iglesia de San Giovanni in Laterano que de soldado de los Scots Fusiliers. Matania lo dota de una dimensión casi mística como si estuviese esperando la redención en un acto de fe. Es este tipo de representación la que otorga a los personajes de Matania ese estoicismo sobrehumano. Se sabe que Matania no estuvo en ningún momento en este trance del ejército británico y parece que el cuadro y la situación real está muy teatralizada, pero el nivel de realismo que emana le otorga un alto grado de épica que es lo acabó llegando a la población civil. No cabe duda de que Fortunino Matania es un de los artistas que mejor dibujaron la guerra y lo que representó.

In a British advanced observation post. How artillery fire is observed and corrected. The Sphere, 1916.



En esta ilustración, el centinela que está situado en la parte baja, debajo de los observadores no presenta un rictus o gesto tan divino como el del anterior cuadro, pero choca que la escena sea de plena tensión y su porte sea de absoluta tranquilidad, como si estuviese haciendo guardia en un escenario muy distinto. Además es curiosa la orientación que le otorga el artista ya que mientras los demás personajes del cuadro están pendientes del tiro y de las correcciones, el tranquilo centinela mira al tendido. La escena que retrata Matania es de pura tensión, sin embargo, uno de los componentes del cuadro invita al espectador a una tranquilidad fuera de lo normal tratándose de un momento crítico. Una de las razones ocultas de esta paradoja podría ser el que Matania quisiese transmitir al lector una confianza más allá de lo común en las posibilidades aliadas. En cierta medida, la irrupción en las ilustraciones de guerra de este tipo de personajes estoicos o con gestos de impasibilidad no reflejan sino una creencia en el triunfo final.

Explosión de una granada alemana de 20 centímetros en una trinchera francesa, durante la batalla de Neuve ChapelleLa Esfera, 1915.


Los ingleses están siendo rechazados en los sangrientos contraataques alemanes en la localidad de Neuve Chapelle. Mientras arrecia una tormenta de obuses y los hombres se refugian como pueden, sólo un hombre parece absorto y se mantiene incólume ante el desastre. En el centro de la escena resiste el bombardeo como una expresión de resignación propia de otro contexto. Su gesto contrasta con el de los hombres que están a su lado, y más concretamente con el que se apoya en él que, incluso, se agarra a su uniforme como en busca de refugio. Una lectura simbólica de la situación podría ser la confianza que expresa el soldado en la victoria, en lo pasajero de la tormenta, en el ya pasará, aguantaremos Conclusiones No hay que olvidar que Matania, como el resto de los ilustradores de guerra y otros artistas, estaban al servicio de sus respectivas publicaciones y sobretodo al servicio de su país. No existía prácticamente ninguna publicación o medio que no estuviese al servicio de los intereses del país. Así, las ilustraciones de Matania, de forma indirecta o subliminal, tenían una misión que cumplir: representar una idea de la guerra lo menos derrotista posible, aún en los momentos más difíciles. Y sobretodo el mantener alta la moral del frente doméstico o nacional, en este caso el del Reino Unido. Tampoco hay que pasar por alto que el gobierno británico le encargó diversos proyectos y que fue enviado al frente numerosas veces para cubrir algunas operaciones. Incluso algunos regimientos británicos le encargaron trabajos particulares. Por todo ello, es obvio que las ilustraciones de guerra de Fortunino Matania no sólo cumplían un objetivo estrictamente informativo, sino que tenían también una finalidad política. Sus ilustraciones son ante todo conmovedoras. En su tiempo reflejaron una heroicidad y unos valores que hoy día son observados como escenas de una de una épica casi imposible. Es muy frecuente describir a Fortunino Matania de fotógrafo plástico ya que sus ilustraciones muestran tal realidad y profusión de detalles que una cámara fotográfica no podía captar. A pesar de la crueldad de la Gran Guerra, las ilustraciones de Matania nos la presentan como la última guerra romántica. 

Notas y bibliografia

Son numerosos los sites que contienen imágenes de la obra de Matania. A continuación os muestro las más logradas: http://www.greatwardifferent.com/Great_War/Matania/Matania_01.htm

http://www.dcfa.com/Prints/Matania/index.shtml (las ilustraciones son de calidad). 
Para aquellos amantes de la consulta de hemerotecas retrospectivas, os aconsejo que le echéis una ojeada al site Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de cultura español: 
Podéis consultar por título, en la lista encontraréis la publicación la Esfera, publicación gemela de la Sphere británica que contiene todas las ilustraciones de Matania. 
La calidad es más bien pobre, no han respetado el color. Una lástima. 
Blog sobre arte. Concretamente dedica un artículo a Matania. No está mal. 
Monografia sobre Matania: Drawing from History: The Forgotten artt of Fortunino Matania.

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