Charles Mangin (1866, Sarrebourg – 1925, Paris)
Militar francés.
Los orígenes y lugar de nacimiento de Charles Mangin marcarían muy profundamente sus convicciones respecto a todo aquello que fuese alemán, ya que su localidad natal después de la guerra francoprusiana pasaría a ser territorio alemán en 1871, hecho que obligaría a su familia a emigrar a territorio francés.
Mangin se graduó en la prestigiosa escuela de St. Cyr en 1888, pasando al servicio activo en territorio colonial a las órdenes de Jean-Baptiste Marchand, en el Sudan francés durante el periodo 1890-1894. Su arrojo y coraje, al igual que las numerosas heridas –hasta cuatro- que recibió en las campañas de África le valieron la condecoración de oficial de la Legión de Honor en 1899. Durante los años 1896 a 1899 fue comandante de la escolta, al mando de los tirailleurs senegales, de la misión Congo-Nil que partió de Gabón y lo llevó a atravesar África de oeste a este. Su periplo lo llevó a participar en la llamada crisis de Fashoda de 1898. Tras Fashoda, el último de los grandes enfrentamientos entre los imperios coloniales francés e inglés, Mangin sirvió en tierras indochinas de 1901 a 1904 al mando del 8º regimiento de los tirailleurs tonkineses y después con el 6º regimiento de la infantería colonial. De 1907 a 1911 volvió al África oriental. Mangin recibió el grado de coronel en 1910 y se puso bajo las órdenes del general Lyautey que tenía las funciones de Commissaire résident général de France en Marruecos. De febrero de 1912 a junio de 1913 contribuiría a la conquista del territorio marroquí derrotando a Ahmed Al-Hiba, pretendiente al sultanato marroquí. En agosto de 1913 fue elevado al grado de general de brigada y adscrito al estado mayor de l’Armée.
Al inicio de la Primera Guerra Mundial, Mangin fue elegido para comandar una brigada en el Vº Cuerpo de l’Armée a las órdenes de Lanzerac tomando parte en la retirada del Marne. A finales de agosto de 1914 fue promovido a general de división, y la 5ª división de infantería de Rouen que comandaba tendría un papel preponderante en la batalla de las fronteras en 1914, concretamente en Charleroi y también en las batallas del Artois, las de mayo-junio y septiembre-octubre de 1915. En 1916, al inicio de la batalla de Verdun, Mangin era el comandante de la 5ª división que formaba parte del cuerpo de ejército al mando de Robert Nivelle. En mayo de 1916, Mangin comandó un fallido y sonado asalto para reconquistar Fort Douaumont con cuantiosas bajas que le relegarían a un segundo plano. El general Lebrun que reemplazó a un Robert Nivelle promocionado, ordenó a Mangin otro ataque “político” en el sector de Verdun, pero su negativa a llevarlo a cabo lo apartaría aún más de las altas esferas militares. Se cree que la negativa de Mangin de realizar determinados ataques se debió más a la imposibilidad de ganarlos que por su sensibilidad en la pérdida de vidas humanas, ya que el general Mangin era conocido por sus tropas con el apodo de “el carnicero”. A Mangin se le recuerda por su notorio desprecio por la vida de sus soldados, aunque también era absolutamente cierta la leyenda que lo describía como un soldado temerario y valiente, de un coraje fuera de toda duda. Su experiencia militar en las colonias lo había llevado a tener una fe inquebrantable en las tropas coloniales negras, incluso escribió un libro sobre el poder y la fuerza de este tipo de tropas en combate, titulado La Force noire en 1910. De hecho durante casi veinte años, de 1906 a 1922 tuvo un ayuda de cámara negro, de la etnia Bambara, de gran físico llamado Baba Koulibaly y de una fidelidad incontestable. El factor o fuerza negra -como él la llamaba- junto con su concepción de la guerre à outrance lo convirtieron en un militar con fama de intrépido y valiente. No obstante, esta fama se tornó en desprecio y odio por una gran parte de las tropas de l’Armée.
Las personas que lo conocieron y trataron afirmaban que era de ese tipo de personas que se odian o se aman, no había un término medio. Vuelta a las trincheras, Mangin volvería tener el favor de sus superiores en junio de 1916 cuando lo pusieron al mando del grupo D que sería el encargado de llevar los contraataques franceses en la orilla derecha del Mosa durante los meses de junio y julio de 1916. Estos contraataques tuvieron un precio altísimo en pérdidas humanas, pero la reconquista de Fort Douaumont en octubre de 1916 fue un éxito rotundo, igual que simbólico para la France espiritual. Mangin también comandó la última ofensiva francesa del 15 de diciembre de 1916 para reconquistar los últimos fuertes en manos alemanas. A finales de 1916 fue promovido a comandante en jefe del VIº ejército de l’Armée. En 1917, el VIº ejército al mando de Charles Mangin tuvo un papel primordial en la desastrosa ofensiva conocida con el nombre de 2ª batalla del Aisne, Ofensiva Nivelle o la mayormente conocida como batalla de Chemin des dames que tuvo lugar entre el 16 de abril y 9 de mayo de 1917. Su desgracia fue mayor, al ser Mangin de los pocos oficiales de alta graduación que apoyaron incondicionalmente a un Nivelle prepotente y excesivamente soberbio en una ofensiva que desde muchos medios se criticó anticipadamente por su osadía y falta de realismo. La ofensiva adolecía de muchos puntos débiles, entre ellos un excesivo optimismo que partía de las experiencias en los contraataques de Verdun. Nivelle, de la mano de Mangin, quería trasladar el sistema de pequeños golpes efectivos de Verdun a un escenario mayor y menos limitado, con una artillería enemiga mejor situada y una defensa alemana más fortificada a la espera de un ataque que era todo menos secreto para los servicios de inteligencia alemanes. En Chemin des dames, el VIº ejército de Mangin llevó el peso primordial del ataque francés, con un balance de bajas terrible, 150.000 muertos en dos semanas, lo que provocó que Mangin fuese destituido en mayo de 1917, igual que Nivelle, que sería sustuido por Pétain. Después de Chemin des dames, el VIº ejército se haría tristemente famoso por los motines que harían peligrar el esfuerzo bélico francés. Una vez más, Pétain –gran adversario de Mangin- sería el encargado de restaurar y recuperar la moral para l'Armée. Por su parte, Mangin permaneció apartado del mando efectivo hasta que a finales de 1917 Foch le dio el mando del Xº ejército para contrarrestar la considerada excesiva precaución de Pétain. Fue una decisión más política que militar, a cuenta de los resultados. Mangin fue uno de los generales con filosofía grandmaisonita que ocupaba mandos secundarios que equilibraban las decisiones conservadoras, aunque efectivas, de Pétain. En verano de 1918, Mangin -a petición del primer ministro Clemenceau- fue totalmente rehabilitado al mando del Xº ejército, y el 18 de julio de 1918 comandó el célebre contraataque en Villers-Cotterêts que barrió el enemigo. La operación se alargó hasta el 5 de agosto, recuperando para Francia las ciudades de Soissons y Laon. Esta victoria en el flanco oeste del saliente del Marne forzó al ejército alemán a retirarse a sus posiciones originales antes de la ofensiva en primavera. Quedó demostrado que la actitud agresiva e impetuosa de Mangin fue más útil en los últimos compases de la guerra que en sus inicios.Militar francés.
Los orígenes y lugar de nacimiento de Charles Mangin marcarían muy profundamente sus convicciones respecto a todo aquello que fuese alemán, ya que su localidad natal después de la guerra francoprusiana pasaría a ser territorio alemán en 1871, hecho que obligaría a su familia a emigrar a territorio francés.
Mangin se graduó en la prestigiosa escuela de St. Cyr en 1888, pasando al servicio activo en territorio colonial a las órdenes de Jean-Baptiste Marchand, en el Sudan francés durante el periodo 1890-1894. Su arrojo y coraje, al igual que las numerosas heridas –hasta cuatro- que recibió en las campañas de África le valieron la condecoración de oficial de la Legión de Honor en 1899. Durante los años 1896 a 1899 fue comandante de la escolta, al mando de los tirailleurs senegales, de la misión Congo-Nil que partió de Gabón y lo llevó a atravesar África de oeste a este. Su periplo lo llevó a participar en la llamada crisis de Fashoda de 1898. Tras Fashoda, el último de los grandes enfrentamientos entre los imperios coloniales francés e inglés, Mangin sirvió en tierras indochinas de 1901 a 1904 al mando del 8º regimiento de los tirailleurs tonkineses y después con el 6º regimiento de la infantería colonial. De 1907 a 1911 volvió al África oriental. Mangin recibió el grado de coronel en 1910 y se puso bajo las órdenes del general Lyautey que tenía las funciones de Commissaire résident général de France en Marruecos. De febrero de 1912 a junio de 1913 contribuiría a la conquista del territorio marroquí derrotando a Ahmed Al-Hiba, pretendiente al sultanato marroquí. En agosto de 1913 fue elevado al grado de general de brigada y adscrito al estado mayor de l’Armée.
Al inicio de la Primera Guerra Mundial, Mangin fue elegido para comandar una brigada en el Vº Cuerpo de l’Armée a las órdenes de Lanzerac tomando parte en la retirada del Marne. A finales de agosto de 1914 fue promovido a general de división, y la 5ª división de infantería de Rouen que comandaba tendría un papel preponderante en la batalla de las fronteras en 1914, concretamente en Charleroi y también en las batallas del Artois, las de mayo-junio y septiembre-octubre de 1915. En 1916, al inicio de la batalla de Verdun, Mangin era el comandante de la 5ª división que formaba parte del cuerpo de ejército al mando de Robert Nivelle. En mayo de 1916, Mangin comandó un fallido y sonado asalto para reconquistar Fort Douaumont con cuantiosas bajas que le relegarían a un segundo plano. El general Lebrun que reemplazó a un Robert Nivelle promocionado, ordenó a Mangin otro ataque “político” en el sector de Verdun, pero su negativa a llevarlo a cabo lo apartaría aún más de las altas esferas militares. Se cree que la negativa de Mangin de realizar determinados ataques se debió más a la imposibilidad de ganarlos que por su sensibilidad en la pérdida de vidas humanas, ya que el general Mangin era conocido por sus tropas con el apodo de “el carnicero”. A Mangin se le recuerda por su notorio desprecio por la vida de sus soldados, aunque también era absolutamente cierta la leyenda que lo describía como un soldado temerario y valiente, de un coraje fuera de toda duda. Su experiencia militar en las colonias lo había llevado a tener una fe inquebrantable en las tropas coloniales negras, incluso escribió un libro sobre el poder y la fuerza de este tipo de tropas en combate, titulado La Force noire en 1910. De hecho durante casi veinte años, de 1906 a 1922 tuvo un ayuda de cámara negro, de la etnia Bambara, de gran físico llamado Baba Koulibaly y de una fidelidad incontestable. El factor o fuerza negra -como él la llamaba- junto con su concepción de la guerre à outrance lo convirtieron en un militar con fama de intrépido y valiente. No obstante, esta fama se tornó en desprecio y odio por una gran parte de las tropas de l’Armée.
La ofensiva Aisne-Marne de 1918 señaló el inicio de los llamados Cien días, una serie de victoriosas ofensivas aliadas, que marcarían el final de la guerra. El armisticio de noviembre no le permitió llevar a cabo la ofensiva que tenían planeada en la Lorena. El 19 de noviembre de 1918 entró en Metz, y el 11 de diciembre cruzó el Rhin por Maguncia, ocupando la Renania. Juntamente con el general Fayolle, ocupa Maguncia y la orilla izquierda del Rhin el 14 de diciembre de 1918. Mangin propusó la creación de una República Renana, formando parte de un movimiento político de separación.
Después de la victoria aliada, el Xº ejército de Mangin fue el encargado de ocupar territorio alemán, la llamada Rhineland. Allí, Mangin fue objeto de contínua polémica y controversia debido al extremismo con el que defendía sus posiciones nacionalistas. En 1919, Clemenceau decidió retirarlo de su misión en tierras del Rhin al comprobar sus aspiraciones políticas. Después de su papel en Alemania, fue miembro del Consejo Supremo de la Guerra francés e Inspector general de las tropas coloniales francesas.
En 1925 cayó gravemente enfermó, muriendo en extrañas circunstancias el marzo del mismo año. Sus restos reposan en Les Invalides, donde en 1928 se le erigió una estatua. En 1940, durante la ocupación alemana su estatua fue destruida por orden expresa de Hitler, que le destestaba por su papel en la Renania a finales de la Primera Guerra Mundial.
En 1957 se le volvió a erigir una estatua.
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