18 ago 2009

Galliéni, el hombre del Ourcq (y del Marne)


Joseph S. Galliéni (1849-1916)
General francés.

De familia militar, al finalizar sus primeros estudios militares en la Flèche fue acceptado en la prestigiosa academia militar de Saint Cyr en 1868. Eligió formar parte de la infantería de marina, de la cual fue nombrado subteniente en julio de 1870. En la guerra franco-prusiana se luchó con su unidad, el 3e Régiment d'Infanterie de Marine, en algunos episodios célebres como el de Bazèilles donde terminó siendo herido y finalmente capturado. Prisionero de los alemanes en septiembre de 1870, no volverá Francia hasta marzo de 1871. Dos años después será propuesto para el rango de teniente en el marco del 2e Régiment d'Infanterie de Marine.

A partir de este momento, su carrera tomó un giro colonial y ese mismo año fue destinado a la isla de Réunion. Permaneció allí hasta finales de 1876. Ávido de aventuras, se incorporó al cuerpo de los Tiralleurs senegalais en el Senegal donde formó parte de algunas de expediciones militares y de exploración geográfica. En 1878 fue ascendido a capitán. Su estrella siguió al alza. Se le confiaron tareas de representación diplomática, como la de 1880 en Mali donde logró establecer un protectorado francés, o la que realizó en Níger en 1881 para asegurar las relaciones comerciales con el Alto-Níger en lo que se ha denominado el Tratado de Nango. En 1886 ascendió a teniente coronel y se le nombró gobernador del Haut-Fleuve (Senegal). No fue un período fácil, Galliéni se vio obligado a negociar varios tratados y a reprimir insurrecciones indígenas. De vuelta a la metrópoli fue ascendido a coronel y nombrado jefe de estado mayor del cuerpo d'infantería de marina. Pero su estancia en Francia duró poco ya que en 1892 fue enviado a Tonkin (Indochina) al mando de una división con objeto de luchar contra la piratería y reforzar la presencia francesa en la zona hasta 1896.

Su buen hacer en asuntos coloniales le proporcionó ser nombrado gobernador general de Madagascar y al poco ascendido a general de brigada. Su periodo malgache se recordará por su firmeza ante las resistencias a la ocupación gala, pero también a su eficaz administración y por haber modernizado la isla durante sus ochos años de proconsulado. La recompensa a su buen hacer fue el generalato de división en 1899. En 1905 retornó definitivamente a Francia. A su llegada desempeñó diferentes cargos: gobernador militar de la región lionesa, comandante en jefe del 14º cuerpo de ejército y presidente del Comité consultatif de défense des colonies. En 1911 su culminación: se le propuso como futuro comandante en jefe de l'Armée, pero aduciendo razones personales declinó la oferta. Joseph Joffre ocupó ese lugar.

En abril de 1914 pasó a la reserva, pero el estallido de la guerra le volvió a situar otra vez en escena, y el 26 de agosto fue nombrado gobernador de la región militar de París. Su experiencia y templanza ante la adversidad del momento -el inexorable avance alemán y la marcha del gobierno a Burdeos entre otros- le permitieron organizar la defensa de la capital, así como tener un papel clave en la posterior batalla del Marne en septiembre de 1914. No en vano fue gracias a su visión y rapidez en el mando lo que permitió una pronta respuesta aliada a los errores tácticos alemanes. El éxito en la batalla del Ourcq, la antesala del Marne, fue completamente mérito suyo. Quizás el éxito de Joffre en el Marne fue seguir al pie de la letra lo que dictaba el sentido común, sin apenas cambiar una coma del guión prestablecido. En este punto y ante el papel preeminente que protagonizó Galliéni, Joffre decidió marginarlo para situarse él mismo como único y gran responsable del éxito aliado en el Marne.

A pesar de estas innecesarias -aunque comprensibles- maniobras, la historia fue honesta con él y lo acabó situando como lo que fue: el hombre del Marne. Galliéni pasó de puntillas por el altar de la gloria, incluso en el despacho de 1º de octubre de 1915 se empequeñeció su aportación al Marne, pero ese mismo mes, Briand decidió nombrarlo Ministro de la guerra. Galliéni no rechazó la responsabilidad, pero en los primeros combates de la recia batalla que se libraría durante toda la guerra entre la cúpula militar y circo político lo llevaron a desistir en marzo de 1916. Su enfermedad y su sobretodo el convencimiento de haber hecho todo lo humanamente posible por Francia le convencieron. Joseph Galliéni falleció en mayo de 1916 después de unas complicaciones post-operatorias. En 1921 y a título póstumo fue nombrado Mariscal de Francia.

Fuentes:

- Blanchon, G. Le genéral Galliéni. Paris : Bloud, 1915.
- Cladel, Judith. Le général Galliéni. Paris : Berger-Levrault, 1916.
- Galliéni, Joseph. Mémoires du Maréchal [...]. Paris : Payot, 1928.
- Gheusi, P.B. Galliéni. Paris : Société anonyme des imprimeries réunies, 1922.

4 comentarios:

Tas dijo...

Felicidades por el blog. Me gustaría pedirte un par de favores. Primero, que me des tu opinión sobre "Los cañones de agosto", de Barbara Tuchman. Tengo entendido que los historiadores no la tienen en alta estima y no sé hasta que punto es rigurosa (no he leído mucho sobre la IGM), pero desde luego no se puede negar que se trata de un libro extraordinariamente bien escrito y muy, muy entretenido. ¿Es fiable?

Y, aprovechando, me gustaría pedirte una pequeña selección bibliográfica para profanos. A saber, libros bien documentados y solventes, pero también amenos y bien escritos. En fin, ¿te atreves?

Muchas gracias.

F. Xavier González Cuadra dijo...

Buenas tardes Tas,

En primer lugar, gracias por tu comentario. Me anima sobremanera que la gente se interese por un fenómeno histórico tan desconocido y marginado en nuestras latitudes como es la Gran Guerra.
Pesares aparte, te comento: He leído los Cañones ... de B. Tuchman. Dos apreciaciones - totalmente subjetivas -, los Cañones de trata de un libro sumamente bien escrito, con un buen trabajo historiográfico que lo avala y con un estilo entre didáctico y de divulgación. La propia autora, si recuerdas, en el prólogo habla del rechazo que sufrió su obra por tratarse (ella) de una advenediza en el mundo o en el panorama historiográfico de prestigio. Además el hecho de que en su tiempo fuese un best-seller no ayude, precisamente, a obtener una etiqueta de obra sesuda, bien al contrario parece que si una obra histórica es un superventas ya no vale. En eso pienso como ella.
Pero por la parte todavía más personal, es una obra que tiene o adolece de los pecadillos historiográficos de siempre, es decir de puntos de vista totalmente anglosajones: la deriva parcialoide, o lo que es lo mismo: los buenos son los aliados, los malos-malosos los de siempre. Que si Wilhelm II era un cafre y un infantil, que si la cúpula militar alemana era la única que empujaba para la guerra preventiva, etc., etc., etc. Quizás fui yo quién le pidió más, no sé... Quizás pido lo imposible...
Sobre su fiabilidad, pues sí para mi está fuera de duda. Sin embargo, a menudo los datos son absolutamente fiables pero lo único que falla es la interpretación.
Sobre la selección bibliogràfica para profanos, sí no tengo ningún problema. Al contrario, me servirá para desenpolvar reseñas y libros... Todo dependerá del idioma en el que desees leer. Aunque hay tres o cuatro buenas síntesis en castellano, considero que las dos o tres mejores síntesis - actualmente - están escritas en inglés y en francés.
Así a bote pronto te puedo dar dos o tres títulos que son muy dignos y que a mi me gustaron:

- La Gran guerra : la primera Guerra Mundial / Jean-Jacques Becker
Muy bueno, muy sintético, muy lúcido ... fiel seguidor de la escuela de Renouvin. Escuela francesa que plantea la causalidad multifactorial de la guerra, sin otorgar culpas extremas a nadie.
El librillo es pequeño, pero lo que tiene de pequeño lo tiene de bueno.
- La Primera Guerra Mundial / Michael Howard
Editado por Crítica, que casi siempre es garantía. Howard para ser británico tiene el fiel de la balanza bastante equilibrado. El libro es barato, como el anterior, y merece bastante.
- La Primera Guerra Mundial / por Pierre Renouvin
Padre de la historiografía francesa granguerresca. Muy bueno, muy lúcido, muy sencillo y sin histrionismos. Las tres BBB: bueno, bonito y barato.
Luego también puedes toparte con el de Martin Gilbert, La Primera Guerra Mundial. Yo personalmente huyo de él, sobretodo por el estilo - que rompe la narración -, porque es demasiado maximalista y porque a veces es demasiado simplista. Sin embargo, tengo que reconocer que a la gente que se inicia en la Gran Guerra no le desagrada ya que incluye numerosos testimonios que ilustran la guerra.
Éste, no obstante, es un libro caro (30 euros) y gruesecito...
Bueno y si te atreves con el inglés o el francés me lo dices que te paso las referencias.
Un último apunte, en el blog, en el apartado de revisiones bibliográficas, te encontrarás las reseñas al libro de Howard y al de Renouvin, ésta última de este mes de agosto.

Un saludo, y a disfrutar.

Tas dijo...

Pues muchas gracias. Quiza podría atreverme con el inglés, pero no lo domino hasta el punto de disfrutar con su lectura. Aunque lo sufro en textos profesionales me cuesta leerlo a gusto y por eso huyo de él en lecturas que prefiero más “amenas” (y eso que entiendo que es ameno un Clausewitz; raro que es uno...). Pero bueno, si hay algo realmente imprescindible recomienda, recomienda... Con el francés me rendí hace tiempo, de momento.
En cuanto a la tendencia aliadófila de la bibliografía usual, sí me gustaría que me recomendaras algo más germanófilo, por aquello de equilibrar un poco el tema. La verdad es que las referencias de Tuchman al uso de técnicas “terroristas” por parte de los alemanes como herramienta de presión, para forzar a la población civil a reclamar la paz a su gobierno, me resultó bastante familiar y aterradora (como debe ser). ¿Cómo justificar Lovaina, por ejemplo? Yo también soy del gremio y lo de la biblioteca siempre me ha impresionado.
Por otra parte, más que el elemento puramente militar me interesan los aspectos políticos de la guerra, sus causas y sus consecuencias. En este sentido me cuesta mucho encontrar cosas sobre el Imperio austrohúngaro. No sé si me salgo del tema, pero si conoces algo bueno sobre aquél también te agradecería otra recomendación.
Y en cuanto al pasotismo hispánico sobre la Gran Guerra, una solución es remontarse a lo que se publicó sobre la marcha, que no deja de ser curioso. Te recomiendo una visita a los periódicos y revistas ilustradas que están colgando en la Hemeroteca Digital de la BNE.
En fin, lo dicho, que muchas gracias y a seguir guerreando.

F. Xavier González Cuadra dijo...

Pues si te atreves ... Ahí va, te recomiendo una joyita bastante atemperada. Se trata de The First World War de John Keegan, la puedes encontrar en Amazon o parecidos por 4 perras... Otro que te recomiendo es de David Stevenson, The First World War, canela fina.
Si quieres guerra desde el punto de vista social o del frente doméstico te recomiendo a Marc Ferro y su Gran Guerra. Este es muy sencillo de encontrar, además también vale 4 duros.
Si quieres un punto de vista alemán de la guerra y encima en castellano tienes la obra de W. Beumelburg, Barrera de fuego. Está muy, pero que muy bien. Es de los años 30 o 40 pero no es difícil encontrarlo. Merece, haz el esfuerzo.
Sobre la participación austríaca en la IGM tienes que ir a petar al alemán, a no ser que leas la mejor obra que hay en inglés sobre la participación conjunta alemana/austríaca de H. Herwig. The First World War : Germany and Austria-Hungary, 1914-1918. Esta es de primera división !!! Si lees esto estás doctorado ;-)
Sobre Lovaina, pues que te voy a decir una sandez como una casa ... ahí no hay excusas que valgan ... Por cierto, sabías que fueron de lo primerito que pagaron los alemanes después de la guerra???
Sabes que hizo Hitler en 1940...? Pues si es lo que imaginas has acertado :-(
Y sí gracias, conozco bastante bien la Hemeroteca digital de la BnE y también la Biblioteca Virtual de la Prensa Histórica. Gracias.
Si quieres hemeroteca digitales en inglés, francés o alemán me lo dices que te las paso... son sobretodo de publicaciones periódicas de cuando la guerra.
Un saludo y encantado de conocerte, colega.

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