La biografía profesional de Felix Schwormstädt tiene tres etapas claramente definidas: una doble trayectoria en la Norddeutschen Lloyd como publicista gráfico, un breve periplo como profesor de arte en la Bauhaus de Weimar y una prolífica carrera como ilustrador y dibujante en la prensa gráfica de la época. Estilísticamente el periodo que dejó menos impronta en su obra fue su paso por la Bauhaus. En cambio, sus plakate o carteles de motivos náuticos para la compañía naviera así como las múltiples crónicas ilustradas que realizó para la prensa durante los años de 1914 a 1918 forjaron y pulieron su peculiar estilo.
Académicamente Schwormstädt suele ser clasificado como Marinemaler o pintor de motivos náuticos y marítimos. Alternó la ilustración de libros juveniles con otros trabajos gráficos, pero el grueso de su producción, compromisos a banda con la Norddeutschen Lloyd y posteriormente con la Hapag (Hamburg-Amerikanische Packetfahrt-Actien-Gesellschaft), tuvieron casi siempre una temática marinera. Faceta que luego explotaría en la representación gráfica de la Gran Guerra para el Leipziger Illustrierte Zeitung, una de la publicaciones ilustradas más prestigiosas de la época.
Es muy probable que su contacto artístico con el mar procediese de su ciudad natal (Hamburg). Su temprana vocación lo llevó primero a la Staatlichen Akademie der Bildenden Künste de Karlsruhe y luego a la Münchner Kunstakademie para completar sus estudios de la mano del profesor y artista Carl von Marr, de quién heredó el dominio magistral de la luz del retrato como expresión máxima del sentimiento humano. El estilo postimpresionista de Schwormstädt y su habilidad natural para el dibujo convencieron a Von Marr. Le proporcionó sus primeros contactos (y encargos) en la industria editorial que con el tiempo y su merecido caché le abrieron las puertas al selecto grupo de los ilustradores y dibujantes de prensa.
Trabajar como ilustrador para un diario o publicación gráfica era uno de los sueños de la mayoría de artistas de la época. La prensa como medio de comunicación de masas en auge proporcionaba una remuneración fija y cuantiosa para una profesión no siempre bien remunerada, sino que – y lo más importante- aseguraba al artista una gran visualización de su obra, otra de las grandes carencias de su oficio. El creciente prestigio de Schwormstädt le permitió alternar encargos de prensa, del mundo editorial y del naciente arte de la publicidad. La Norddeutschen Lloyd contrató sus servicios para explotar comercialmente sus lujosos transatlánticos lo que le permitió unir su arte a su pasión por el mar. Schwormstädt jamás ‘abandonó’ el mar, aunque la mayoría de dibujos o ilustraciones no tuviesen como temática el mar océano o lo náutico.
A principios del siglo veinte ya estaba considerado uno de los ilustradores de prensa más famosos de Alemania y, sin duda, el mejor de la Illustrierte Zeitung (Leipziger Illustrierten Zeitung), la decana de las publicaciones ilustradas alemanas y una de las más importantes. Al estallar la contienda, Schwormstädt se volcó de lleno en el esfuerzo gráfico de guerra. La periodicidad del Illustrierte y la incesante lista de sucesos y notícias le obligaron a establecer un protocolo en la cobertura informativa. Como el resto de dibujantes e ilustradores de prensa, Schwormstädt alternó el dibujo de salón a partir de fotografías, croquis y demás, con la toma de notas y cobertura de la noticia in situ. Schwormstädt no se prodigó en exceso con el trabajo de campo. Prefirió el calor de la redacción o de su propio estudio a la expuesta intemperie de la trinchera o de la retaguardia, aunque el propio Illustrierte realizó un reportaje de uno de sus viajes al frente con fotografías del artista junto con algunos de sus dibujos.
Dibujos y frentes
Schwormstädt retrató la guerra desde todos los frentes con resultados dispares. Ilustró todo tipo de episodios y sucesos, aunque las operaciones terrestres no fueron sus mejores obras. Los encargos los marcaba el diario, el interés del gran público y especialmente la actualidad. El de Hamburgo, sin embargo,intentó en todo momento que sus predilecciones coincidiesen con el encargo. Para ello aprovechó algunas de las operaciones submarinas y aéreas más destacadas para volver a su terreno preferido: el estudio. A diferencia de las 'terrestres', sus ilustraciones de temática naval o aeronáutica desprendren un estilo mucho más cuidado, sereno y con una gran carga ideológica. Ello no significa que algunas representaciones 'terrestres' no tengan una gran calidad artística y un contenido claramente propagandístico. Pero las navales y aéreas desprenden un aire mucho más estudiado. Se reflejan los detalles faciales, la gestualidad de los movimientos y se incluyen una serie de actores que delatan la intención del documento. Por contra, los cuadros de escaramuzas y batallas de infanteria (vs. Mulhouse, Frente oriental, etc.) tienen una función más folletinesca y complementaria. Todas las ilustraciones tienen un claro componente documental. Pero en los 'estudios' navales y 'zepelinescos', a banda de este inherente rasgo informativo, subyace un evidente espíritu propagandístico y moral.
Dibujante meticuloso y perfeccionista, las escaramuzas y los ataques a la bayoneta no consiguieron la misma fuerza visual que sus misiones de observación y vigía en el Atlántico norte o bordo de un zepelín en los cielos de Flandes. Gran observador y mejor retratista, sobresalía en la descripción del momentum propio del estudio. La secuencia o la acción vertiginosa no eran su fuerte, no porque careciese de la técnica necesaria sino porque era un especialista en captar el espíritu de la escena. Para Schwormstädt, el instante previo al lanzamiento de un torpedo, la tensión en el puente de un destructor o el avistamiento de un caza desde la cabina de un zepelin representa la unidad en cuanto a acción y significado.
Bayonetas feuilletonescas
De las ilustraciones que hizo Schwormstädt para el Leipziger Illustrierte Zeitung las ilustraciones dedicadas a la infantería o a los escenarios de la guerra 'terrestre' son los más abundantes. La mayoría detalla escenas de refriegas y combates de una gran expresividad visual pero de una escasa factura artística.
En este sentido es paradigmático el caso de Die erbitteten Kämpfe im Argonner Wald 1914 (Lucha feroz en el bosque de Argonne).
El subtítulo de la ilustración detalla los combates que libraron los alemanes para avanzar 'paso a paso' por la espesura de bosques y matojos narrando la dura resistencia que plantaron los franceses ante tal avance. La breve descripción apenas complementa la ilustración que de por sí explicita la dureza y ferocidad de los combates que tuvieron lugar en el sector de Argonne a finales del verano 14. Con una innegable expresividad visual, Schwormstädt describe al lector/espectador la dureza de los combates bajo el socorrido -y siempre efectivo- recurso del ataque cuerpo a cuerpo con la bayoneta calada. Busca impresionar al público con una 'narración' épica basada en el heroismo y en la lucha sin cuartel expresada con los gestos de desesperación y de fuerza sobrehumana empleadas en la derrota o en la resistencia del enemigo. Destaca el hecho de que todos los combates mantenidos entre las 'parejas de baile' se libran o bien con la culata del fusil o con la bayoneta a modo de estilete. Documentalmente la escena no presenta más novedades que la de una carga de infantería contra las posiciones francesas en un sector del Argonne. Estilísticamente, la escena no presenta un gran derroche de recursos excepto la gestualidad facial de corte caricaturesco de algunos soldados, como los dos que aparecen en primer plano, juntamente con las dos parejas de soldados en plena lucha en la segunda línea compositiva. Más allá de estos dos polos de atracción, el resto de la escena se diluye en una lucha coral sin ningún tipo de valor más que el de servir de marco boscoso. Como en la mayoría de reproducciones de la época la ausencia cromática se solventa con un difuminado sobre fondo en verde para completar el contexto boscoso. Pura función documental, con leves toques de heroica. Justo lo que buscaba el espectador de la época.
Misión informativa y resolución técnica prácticamente idéntica a la anterior presenta Auffahrende Artillerie unter feindlichem Feuer (Marcha apresurada de una bateria artillera bajo el fuego enemigo).
De gran expresividad visual con una secuencia bastante lograda y buen orden compositivo se desarrolla en marco paisajístico más bien pobre. La función, como en el caso del Argonne Wald, es totalmente informativa, sin apenas o nulos elementos de propaganda. Caso muy similar es el Nachgefecht im Mülhausen (Combates nocturno en Mülhausen).Gran expresividad, poca o nula definición artística y un carácte eminentemente de fouilleton.
LZ 38
Schwormstädt alternó para el Illustrierte encargos informativos con otros claramente propagandísticos. Combinó a la perfección la función política de las ilustraciones con una concienzuda documentación y el resultado fueron piezas de exquisita ejecución técnica y de gran valor artístico. Para la serie del zepelín LZ 38, como en casos anteriores, trabajó a partir de notas, croquis y fotografías. Las dos acuarelas publicadas representan una de las seis misiones que realizó entre el 29 de abril y el 31 de mayo de 1915 antes de que fuese destruido el 7 de junio en su base de Evere, cerca de Bruselas.
Ziel: England ! (Objetivo: Inglaterra) muestra dos conceptos clásicos del Schwormstädt propagandista: tensión ambiental y un estudiado sentido del deber.
El activismo de sus ilustraciones bélicas (también las hay de retaguardia, confraternización y cotidianeidad) cumplen una doble misión. Demostrar al público alemán la dureza de la guerra y evidenciar un patriótico sentido del deber y la eficiencia. La propaganda de autoconsumo presenta al soldado o marino alemán desempeñando su labor con una devoción patriótica que liga perfecfamente con el ideario militar alemán de rigor, marcialidad y autosacrificio, conceptos muy presentes en la ética protestante de raíz luterana. Se podría pensar que los dibujantes y artistas del resto de naciones en lucha también abusaron de tales recursos, y en parte es cierto. La diferencia con Schwormstädt, no obstante, fue que alternó el sacrificio y el deber con la recompensa terrenal de inspiración luterano-calvinista firmemente arraigadas en la sociedad alemana de principios de siglo XX.
Marco ideológico a banda, Ziel: England ! de 1917 presenta tres elementos formales que se repiten en la obra política de Schwormstädt: una atmósfera tensa y marcial; la figura impertérrita de un oficial con pose de mando y una tripulación diligente que simboliza el sacrificado sentido del deber. El artista congela el tiempo y disecciona el instante. Sitúa a los personajes a modo de epifanía bélica y les otorga una misión clara y definida. La escena no defrauda al espectador. Le proporcionan una estudiada (y deseada) representación del deber patriótico.
La primera de las dos acuarelas, la de la cabina de mando con el capitán (Hauptmann) Erich Linnarz, presenta al piloto (segundo por la izquierda) en posición de extrema concentración, a los dos ojeadores (primero y tercero por la izquierda) en tensión por la posible llegada de aviones de caza o por la cercanía del objetivo y un cuarto miembro de la tripulación que vuelve a la cabina después de alguna tarea de mantenimiento o de vigía en la escotilla superior del zepelín. El deber y la profesionalidad de la tripulación gira entorno al propio Linnarz que ofrece al espectador una imagen de control total, con la vista hacia el lugar que ha señalado uno de los ojeadores y la intención (con altavoz en la mano) de ordenar el lanzamiento de las bombas o alguna maniobra. El rigor y la seguridad que emanan de la escena proporcionan al espectador una evidente creencia en el éxito de la misión y por ende en el triunfo final en la guerra.
La segunda acuarela sobre el LZ 38 ahonda en los contenidos e ideas que presenta la 'cabina de mando de Linnarz'. Aparecen otros cinco miembros de la tripulación, dos ametralladores en la parte derecha con sendas miradas de preocupación e inquietud por la posible llegada de cazas enemigos. Mientras que los otros tres componentes llevan a cabo tareas de mantenimiento en los motores del zepelin. Schwormstädt vuelve a plantear en esta escena la dualidad entre el rictus firme y severo de los ametralladores con su vigilancia y la cuidada y pausada hacendosidad de los operarios que engrasan la maquinaria. Otra vez confluyen el deber y la serenidad. Se persigue ofrecer al espectador una sensación de tranquilidad y firmeza en el cometido bélico.
Mención especial merece, en ambas ilustraciones, el escrupoloso detallismo con el que Schwormstädt retrata los interiores del zepelín. A diferencia de los 'obras terrestres' de crónica, no tanto las de confraternización o cotidianeidad, el autor persigue de una descripción y detalle al milímetro. Conocedor del valor expositivo de las ilustraciones, del gran altavoz (el Leipziger Illustrierte) y el público al que se dirige se esmera con total dedicación e información a mostrar una escena única y real. Desde el propio semblante de Linnarz, pasando por el vestuario y la propia estructura y armazón del zepelín, el de Hamburgo no ahorra en un realismo que a momentos recuerda a Matania.
Junto con la seguridad, el rigor y un sentido del deber fuera de duda, los protagonistas de los estudios bélicos de Schwormstädt poseen una enorme determinación. En este caso, la mirada decidida de Linnarz fija en el objetivo desprende un halo de creencia absoluta en la victoria final. Esta incuestionable convicción en el triunfo personificada en los mandos se repite a lo largo de toda la producción propagandística de Schwormstädt, especialmente en sus series navales.
Continúa en: Ética protestante en la prensa ilustrada alemana de Gran Guerra: Schwormstädt y el Leipziger Illustrierte Zeitung (II)
4 comentarios:
Gran blog, muy documentado.
Muchas gracias.
Muchas gracias por la constancia y el trabajo.Soy un humilde seguidor.
Joan Fradera Noguhv
Muchas gracias a usted por leerme.
Un saludo,
Xavier
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